domingo, 12 de febrero de 2012

CRUCERO COSTA CONCORDIA: AL FONDO DEL MAR UN VALIOSO TESORO ARTÍSTICO CON MAS DE 6 MIL OBRAS

En la caótica evacuación del Crucero Costa Concordia, que encalló frente a la costa de Toscana el pasado mes de enero, pasajeros y tripulantes abandonaron casi todo a bordo. Bajo el mar Mediterráneo yacen piezas de arte contemporáneo, antigüedades y xilografías japonesas de los siglos XVIII y XIX. En particular destacan las piezas de Katsushika Hokusai, pintor japonés del periodo Edo, y una colección de cristal de Bohemia del siglo XIX.
Los principales periódicos de todo el mundo, entre ellos las ediciones digitales de Patria Grande, de Venezuela y  RT Noticias, destacan que un verdadero tesoro yace bajo las cristalinas aguas italianas en las que encalló el lujoso crucero.
Aunque algunos objetos casi seguramente van a desintegrarse, hay suficiente botín para tentar a cazadores de tesoros, los que ya han comenzado a fijar su atención en los restos del  Concordia, que transportaba más de 4 mil 200 personas a bordo cuando se fue a pique.
Robert Marx, un veterano buzo y autor de numerosos libros sobre historia marítima, arqueología submarina y búsqueda de tesoros, había afirmado que "cuando hayan sacado todos los cadáveres, va a haber una carrera desenfrenada por el botín".
La Mafia, dijo, tiene equipos submarinos especializados para esas tareas.
El Costa Concordia era básicamente un hotel de lujo flotante y muchos de los pasajeros abordaron el infausto crucero con sus mejores ropas y joyas para lucirlas en casinos y cenas de gala.
Además de ello está la enorme riqueza contenida por el propio barco: tiendas elegantes con joyas, más de 6.000 obras de arte en las paredes y un spa que tenía una colección de xilografías de Katsushika Hokusai, un artista japonés famoso por su representación de una enorme ola con el Fujiyama como trasfondo.
"Es ahora un paraíso para buzos", dijo Hans Reinhardt, un abogado alemán que representa a 19 pasajeros alemanes que buscan compensación por sus pérdidas. Dijo que algunos de sus clientes viajaron con diamantes y otras joyas que habían estado en sus familias por generaciones.
"Ellas perdieron muchas joyas — relojes, collares, todo lo que las mujeres lucen cuando quieren verse bien vestidas", dijo Reinhardt. "Ellas querían mostrar lo que tenían".
El crucero en sí vale 450 millones de euros (590 millones de dólares), pero eso no tiene en cuenta el valor de los objetos a bordo, dijo Costa Crociere SpA, la compañía italiana operadora del Concordia.
Entre los objetos hundidos hay muebles, una vasta colección de arte, computadoras, vino, champán, y todos los objetos valiosos que estaban encerrados en las cajas fuertes en cabinas privadas, dijo la oficina de prensa de la compañía.
"Cuantificarlo es imposible porque desafortunadamente el buque se ha hundido", dijo. "Hasta que sea recuperado no hay forma de saber lo que se puede y lo que no se puede salvar".
Las obras artísticas que adornaban los salones, comedores, escaleras, suites y cabinas del ‘Titanic’ italiano se valoran en aproximadamente dos millones de euros, según Nicola Salvatore, director artístico de la empresa naviera Costa Crociere, propietaria de la nave accidentada. Salvatore señala que por la oscilación del mercado del arte “resulta complicado establecer con seguridad esa cifra”.
5.700 de las obras que decoraban la nave eran copias, pero el resto estaba conformado por obras originales. Salvatore comenta que entre las piezas originales había “al menos 150 pinturas de pequeño y mediano formato en las suites, serigrafías en varias cabinas y 40 grandes lienzos en espacios comunes como el teatro y las tres escaleras principales”.
Se menciona también 24 objetos de cristal de entre 1815 y 1859, jarrones de cerámica Zsolnay y xilografías japonesas.
La presencia de arte a bordo de los barcos de la empresa naviera Costa Crociere, propietaria del crucero Costa Concordia, se considera como una de sus marcas de identidad. En la página web de la compañía se afirma que su colección artística, que contiene 4.000 obras originales y 50.000 copias en 14 naves, es “un testimonio histórico de la evolución del arte contemporáneo y del diseño en los últimos 60 años”.
 “Ahora es un paraíso para los buzos”, asegura Hans Reinhardt, un abogado alemán que representa a 19 pasajeros alemanes que buscan una compensación por sus pérdidas.
En la actualidad se han recuperado 17 cadáveres y otras 15 personas siguen considerándose desaparecidas. Según los expertos, para reflotar la nave harán falta de 7 a 10 meses.
Recientemente un grupo de pasajeros del crucero presentó una demanda contra la naviera pidiendo una indemnización de unos 460 millones de dólares por daños morales.

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